El problema es bien conocido desde hace mucho: no le puedes dar a toda la población lo mismo que le das a los pocos de hasta arriba, porque no hay riqueza que alcance… Pero hoy cualquier persona que gane el salario mínimo en México (equivalente a casi U$5 por día) está dentro del 10% más rico del planeta… Y más si, como dice Hernández en La Jornada, logra vender su voto a buen precio.