Murió Mijaíl Gorbachev. Último líder de la Unión Soviética, impulsó dos políticas, la Perestroika (un cambio de la economía central planificada hacia una economía de mercado) y la Glasnot (liberación política y eliminación del partido único). Por supuesto, durante seis años logró modernizar a su país… hasta que se le fragmentó; Boris Yeltzin independizó a Rusia y poco a poco las demás repúblicas soviéticas abandonaron la U.R.S.S. Su gran mérito fue acabar con la Guerra Fría sin llegar a la Tercera Guerra Mundial. Su gran fracaso fue destruir la U.R.S.S. Por eso Nerilicón en El Economista lo pinta no con un ángel y un diablo en sus hombros, sino con dos diablos: Adam Smith y Karl Marx. Descanse en paz y gracias, Mijail, por evitar que el planeta se hiciera polvo en una hecatombe nuclear.