El «nuevo Benemérito de las Américas» o el «nuevo Bolívar» soñó con lograr la unidad latinoamericana, denunciando a la OEA como organismo al servicio de Estados Unidos y pretendiendo que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fuera la nueva plataforma de unidad de la región. Pero Argentina, Brasil, Chile y Colombia se negaron a venir; Uruguay y Paraguay denunciaron y rechazaron la presencia de los dictadores de Cuba y Venezuela por ser violadores de derechos humanos; Maduro, por su parte, reconoció al archirrival de AMLO, Felipe Calderón, como fundador de la CELAC y lanzó retos para debatir con cualquiera de sus rivales y, para colmo, hasta la Unión Europea anunció que retiraría su tratado de libre comercio con Cuba en tanto viole los derechos humanos. Y, para colmo, el presidente de Perú fue acusado de plagiar a Cantinflas al decir: «Para nosotros entendemos de que la pandemia no es solo un problema sanitario. Es un problema histórico. Es un problema que ha venido arrastrando porque…, porque siempre hemos dicho en reuniones tantos lemas, pero hemos hablado de unidad, hemos hecho grandes discursos y es tiempo de pasar a la acción» y «La CELAC hoy en día debe concretar un hecho concreto» (Eso sin contar que ni siquiera en interiores se quitó el sombrero). Así que la fiesta se nos aguó y habrá que ver cuándo llegue la factura de EE.UU. por ser grandes defensores de sus principales detractores. Horax en Milenio.