
Pues que ya viene la consulta popular sobre el juicio a expresidentes. Queda claro que es una maniobra hábil del presidente López Obrador: si gana el «si» al juicio, él podrá decir que «no quería» pero que es decisión del pueblo. Y si gana el «no», él dirá que él sí quería… pero que es decisión del pueblo. Y si no llega el 40% del padrón, lo mínimo para que sea vinculante -obligatoria, pues- dirá que fue el pueblo el que no quiso. Esperaremos a ver cuándo a él lo enjuicien como expresidente, con una diferencia: salvo Peña Nieto, todos los anteriores: Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, aún en el caso de haber hecho algo mal, son delitos que ya prescribieron. Pero él será plenamente responsable de lo que sea que lo acusen, porque estará todo fresquecito. Esperemos a ver qué sucede. Pero, la verdad, creemos que no llegará a movilizar al 40% del padrón, por lo que será un desperdicio de los 500 millones de pesos y del tiempo que le costara al INE organizarla. Hernández en La Jornada.