Según el presidente, los cientos de miles de manifestantes en todo el país, y marcadamente frente a su casa, el Palacio Nacional, y que llenaron el Zócalo capitalino, son fifís que defienden corrupción y privilegios y que no quieren el cambio en el país. Pero como ilustra Alarcón en El Heraldo, a lo que se oponen es a que las corcholatas tengan un viaje cómodo, haciendo campaña desde el gobierno y sin poder ser sancionados ni por sus excesos de precampaña como por la desviación de recursos públicos para su promoción personal. Veremos si logran quitarle “la cuarta” al Plan B o si van de reversa en sus planes perversos. Y ojo: no nos oponemos a Morena, sino a que ganen con trampas… a las que se oponían desde fuera del gobierno pero que ahora se esfuerzan en realizar.