No es que el cartón de Paco Calderón sea dramático. Es que el Plan B de AMLO en materia electoral es perverso. Le quita casi el 75% del presupuesto electoral al INE. Reduce personal, cierra oficinas distritales y reduce dramáticamente su funcionalidad. Y no es que se quiera “vengar” del “fraude” de 2006; es que teme que ni con todo el poder del Estado, los programas sociales y la Guardia Nacional haciendo funciones de “supervisión electoral” vaya a ganar. Como se vio en la costa del Pacífico en la elección intermedia, solo la intervención del narcotráfico le ha funcionado para obtener los resultados electorales que quiere. Se teme, pues, que de avanzar la reforma electoral “para destazar al INE” (no es invento: eso dijo el Secretario de Gobernación), en realidad lo que acabe destazado sea la democracia nacional y desechado nuestro voto. Atentos. Clic sobre la imagen para agrandar.