Tras casi un año de hacer públicas llamadas, grabaciones, correos y pantallas de WhatsApp de Alito Moreno, Ricardo Monreal y otros políticos famosos (rivales de la 4T, eso sí), esta semana se hicieron públicas llamadas, grabaciones, correos y pantallas de WhatsApp de Layda Sansores en el portal de la revista Proceso. Y queda claro que practica el chantaje, la corrupción y la traición de maneras que harían palidecer de pena a Alito Moreno. Infiltraron la Secretaría de Finanzas de Campeche, desde allí desviaron dinero a la campaña de Layda; pidió darle “dulces a los periodistas” para que la trataran bien. “Alito es tan soberbio que con cualquier dulce lo endulzas. No me costó trabajo ser indispensable en su cercano grupo de confianza. Su ego es tan grande, que me lo chingaba a cada rato y nunca se dio cuenta. Hasta América, que es muy atarantada, se lo chingaba cada que vez (sic) que podía, haciéndole procesar salidas que iban para el cochinito. Nunca se dio cuenta que él nos financiaría parte de la campaña y de la guerra mediática contra su sobrinito, el Christian Mishel” le mandan decir. Y si bien dice ella que todo es falso, pues queda la duda. Lo cierto es que la espía quedó espiada y que se ha vuelto un activo tóxico para la 4T. Y que se abrirán investigaciones en su contra, en particular en la Alcaldía Álvaro Obregón, que dejó en manos de la oposición y que requería una línea para saber por dónde investigarla. Y con la confesión de desvíos de recursos a la campaña quedó claro por dónde. A ver si sigue la impunidad y el cinismo o si se decide proceder contra ella. Chavo del Toro en El Economista.