100 heridos, 30 de gravedad, y 1 persona fallecida en el cuarto accidente fatal en la actual administración de la capital (de 6 ocurridos en más en 50 años)… Y los gobernadores de Morena salen con un desplegado en apoyo a la “víctima” Claudia Sheinbaum, “injustamente atacada por una oposición carroñera que no quiere ver una Presidenta de la República” y que “no pierde ocasión para lucrar políticamente con incidentes aislados”. También el presidente insistió en la mañanera en que le tiene total confianza y que las acusaciones en su contra son “mera politiquería”. Los hechos son que el 66% de los accidentes fatales en el metro han ocurrido en menos del 10% del tiempo que lleva operando y es todo en esta administración; el peritaje de DNV sobre el accidente de la Línea 12 encontró que, en adición a errores en la construcción, la principal causa del derrumbe fue “falta de mantenimiento”. Lo peor del caso es que llegó tres horas tarde, pues estaba en campaña en Michoacán y le tuvieron que prestar un helicóptero; que Martí Batres llamó a la difunta y a las decenas de heridos “un incidente menor”, y que insisten en victimizar a la autora del austericidio que afecta al principal transporte de la capital. ¿Y así quiere manejar un país? Nos queda decir, como Horax en Milenio dijo, que esto no es una triste desgracia, sino una tragedia causada por una “triste desgraciada”.