
Pues ya empezó la Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México. Parte de la agenda es buscar la integración económica y ecológica de la región, logrando construir cadenas de abasto más largas. Eso requiere más energía limpia, menos trabas comerciales y mayor seguridad. Pero, nomás de entrada, México quiere la integración latinoamericana en un humanismo que tolere a la extrema izquierda, y dinero para lograrla; Canadá quiere demandarnos por cambiar las reglas a las inversiones canadienses en energía limpia y en minería. Y EE. UU. quiere dejarnos 30,000 indocumentados al año, que combatamos al narcotráfico (en especial al fentanilo) y que respetemos las reglas del T-MEC, en particular en energía y trato nacional. ¿Entenderá Andrés Manuelovich que su equipo soñado es Norteamérica y ni Rusia ni el Foro de São Paulo? Veremos en qué clausura el encuentro. Chavo del Toro en El Economista.