Pues nada… que el presidente quería tener el control de quien tuviera la maza (el martillo, pues) que usa el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para abrir y cerrar sesiones y para declarar que una sentencia queda firme. Quería a Yazmín Esquivel, esposa de José María Rioboó, su constructor favorito, para ese cargo. Pero lo ganó Norma Piña, de larga trayectoria judicial y postulada a la Corte por Peña Nieto. Aun así, al ser acusada Esquivel de plagio de su tesis de licenciatura, está en veremos, ya no digamos su elección a la presidencia, sino su continuidad en la misma. Así que tendrá que conformarse con el chipote chillón del Chapulín Colorado. ¡Vaya! Dicen que solo obtuvo dos votos: el suyo y una copia. Y falta por ver que opina la UNAM del fraude y si le quita el título o no. Total, dijo el presidente, que felicitó a la ministra Piña; que “ya no es como antes y el ejecutivo no se impone a los otros poderes” y que “no se podrá transformar el poder judicial en este sexenio”. Nerilicón en El Economista.