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Mal y de malas Claudia Sheinbaum: le pidió a la Fiscalía de Justicia la CDMX que probara que Yazmín Esquivel, la ministra acusada de plagio de su tesis de licenciatura y aspirante favorita del Presidente López Obrador para presidir la Suprema Corte no había plagiado la tesis. Rápidos y presurosos, Ernestina Godoy y la fiscalía, en menos de seis días, salieron a decir que el plagiador era el autor que la presentó un año antes, y que se había inculpado ante un notario a decir de la asesora de tesis de ambos. Pero no tenían facultades para ello, declararon un culpable sin siquiera ver los documentos originales de la UNAM; ni siquiera localizaron y menos declararon a Edgar Báez, el presunto plagiador confeso. Y ya que la UNAM salió a decir que hay 90% de coincidencias y que “primero en tiempo, primero en derecho” por lo que consideran a Báez el autor original, entonces la Fiscalía sale a decir que el documento que dice que si hubo plagio no es de ellos; que está falsificado y que ellos ni siquiera sabían que habían hecho lo que hicieron para ayudar a encubrir a la corcholata favorita para la SCJN por instrucciones de la corcholata favorita del Presidente para la silla grande. Así que “no me ayudes, comadre”. Y menos porque se supone que la Fiscalía Capitalina es autónoma, aunque ya mostró que está al servicio de quién manda y que puede fabricar culpables y exonerar plagiarios. Aunque no tenía facultades para ello -porque es un delito federal y porque no había denuncia formal sobre el tema-. Todo mal. Garcí en El Financiero.