
Que Pedro Castillo, el defenestrado presidente de Perú, quería pedir asilo en México. Pero como ya está en posesión de las autoridades peruanas que lo acusan de diversos delitos graves, ya no procede el asilo sin el visto bueno peruano. Ni modo: el avión presidencial se quedará en el hangar y nos perdimos la gran oportunidad de tener un Castillo dentro de un Palacio, y también la oportunidad de que AMLO le diera asilo a otro dictador en ciernes defenestrado, después de lo que hizo por Evo en su momento. Así que se cancela el viaje de rescate. Alarcón en El Heraldo.