
Este fin de semana vimos el cochinero que son las «elecciones» internas de Morena, que replicaron -pero a mayor escala- las prácticas corruptas y clientelares del PRI y las guerras tribales fratricidas del PRD. Pero no importa: para el presidente, fueron un ejemplo de democracia participativa por la cantidad de gente que acudió a votar y por tener más de 3,200 ganadores -100 por estado-. Y si bien la movilización necesaria para lograr esas cifras es importante, no es precisamente ejemplar por todos los vicios demostrados. «Imagínense si las hubiera hecho el INE». Lo cierto es que ya se demostró que pueden movilizar a millones de personas… y que distan mucho de ser ejemplo de civilidad, legalidad y democracia real. Horax en Milenio.