
Justificando su absurda decisión de traer 500 médicos cubanos por $144,000 mensuales cada uno -de los cuales 140 mil se quedarán para el gobierno cubano y 4 mil serán sus viáticos de estos modernos esclavos-, el presidente dijo que es porque «faltan médicos mexicanos» dispuestos a ir a vivir a la sierra y a municipios pobres, acusando que la UNAM «incluso hizo que sus estudiantes dejaran de ir a los hospitales en vez de ayudar durante la pandemia de COVID; porque son reaccionarios y neoliberales y están enseñando por afán de lucro». Pues no: fue la propia Secretaría de Salud la que obligó a los estudiantes de medicina a dejar de ir a los hospitales; fue su gobierno quien dejó de dar equipos médicos suficientes y se negó a vacunar primero al personal de salud. Y eso sin contar que él se tardó 14 años en acabar una carrera que se cursa en cuatro -y que no es medicina, cuya especialidad se cursa entre 7 y 10 años-. Así que, como parodia Chavo del Toro en El Economista a Groucho Marx, qué vergüenza para la universidad tener un egresado así.