Hoy el cartón de Paco Calderón hace el recuento de la trágica historia de dos ciudades (México y Madrid), haciendo eco a la famosa novela de Charles Dickens: Max Arriaga, mascota de la no-primera-dama y «responsable» de los contenidos de los libros de texto gratuito de la SEP (de los que solo logró presentar 3 modificados en un año, porque empezó tarde y mal) dijo que «leer por placer es una conducta burguesa». El agregado cultural de la embajada de México en España, Jorge F. Hernández, escribió un artículo burlándose de semejante tontería y fue despedido por ello -el alegato es que hizo comentarios «poco éticos» sobre la embajadora-. Su jefe directo, Enrique Márquez, fue cesado en cuánto se supo de su despido y por la indignación que provocó en los círculos culturales, especialmente en los españoles. El Secretario de Relaciones Exteriores propuso entonces a una mujer joven, poeta laureada, progresista y defensora de las causas LGBTTI+… pero alguien encontró en sus redes sociales un meme en que se burlaba del presidente -seguro que nadie está libre de ese pecadillo– y la feligresía cuatroteísta pidió su cabeza. «No es posible que una enemiga del régimen nos represente». Así que en una mañanera el presidente dijo que siempre no, que él postularía una «poeta indígena del istmo del centro mexica» -lo que no existe: tal vez pensaba en una poeta del centro del istmo mixteca-. Y como sea, la imagen del país ya se dañó, el nombramiento absurdo aún no se hace, y los españoles ya se dieron cuenta de nuestra falta de cultura democrática, en la que la sumisión al poder supremo es la suprema norma de conducta. Así no se puede ser -y menos parecer- alguien serio en el mundo y más en el mundo cultural. Ni modo… La transformación de cuarta así se vive y esperemos que no deje una honda huella en la forma de ser y de actuar. Click sobre la imagen para agrandar.