
Lo dicho: la consulta popular para juzgar a los expresidentes es una mera farsa y una manipulación de la «cuarta transformación» y su partido, Morena, para mantenerse en movilización permanente. Porque si hubiera pruebas contra Peña Nieto, Calderón, Fox, Zedillo o Salinas, ya deberían estarlos acusando formalmente y no requerirían consulta alguna. Pero al diputado morenista Saúl Huerta lo atraparon prácticamente en flagrancia abusando de un menor de edad, y a Mauricio Toledo lo acusa la mismísima Claudia Sheinbaum de enriquecimiento ilícito… y aún así, se han negado a desaforarlos. ¿Perseguir posibles delitos del pasado, cuándo no procesan a los delincuentes actuales contra los que hay pruebas fehacientes? ¿Que Morena valore más la opinión del PT que las pruebas de su precandiddata presidencial, no es una pésima señal? Eso es una cagada, según dice Perujo en El Economista -y estamos de acuerdo-. Así que ni pierdan tiempo votando este domingo, cuándo no hacen lo que deben hacer.
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