
Declaró el presidente que el regreso a clases presenciales será en agosto, aunque haya tercera ola de pandemia, aunque le esté pegando más a niños y jóvenes -ahora afectando sistema digestivo más que el respiratorio- y a personas que tienen una dosis de vacuna únicamente… O sea, a la mayoría de la población joven. ¿Su argumento? Que urge regresar a la normalidad. Que la variante Delta se propague cinco veces más rápido que la original y que las vacunas no le afecten le vale gorro. Es lo malo cuándo tu principal asesor «científico» se volvió un mal político que dice lo que quieres oír, un Gato-ell más del poderoso en vez de su conciencia. Pero… hay quien admira a unos y otros por igual. El virus es el que está nervioso y feliz: ya rebasó el máximo de contagios diarios, y eso que aún no va a las escuelas. Tal parece que YSQ se esmera en ser el peor presidente de la historia. Alarcón en El Heraldo.