Pues vaya que alguien está preocupado, sufriendo mucho o temiendo que un trágico accidente va a acabar con su sexenio tres años antes: el fin de semana, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum se negó a llamar «accidente» al derrumbe sucedido en la Línea 12 del metro que ya costó 26 vidas, y le llamó «incidente». Y cuándo le preguntaron al presidente que si iría a visitar a heridos y deudos, en plena mañanera dijo que no, que eso sería mera hipocresía y que no iría a tomarse la foto, que eso era en el pasado. «¡Al carajo!», espetó. Pero el fin de semana subió fotos visitando el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y hasta de las tlayudas que se comió en Oaxaca. Esa falta de empatía y desborde de emociones le van a costar, y mucho… Falta ver qué otros errores comenten él y su equipo en lo que resta de aquí a la elección. Lo dicho: perderán varias alcaldías en la capital que ya tenían seguras, muchos candidatos a diputados federales y locales quedarán aplastados por esas ballenas y el manejo tan insensible del famoso incidente que fue portada en los principales diarios del mundo. Y el llamado a «no politizar la tragedia» sería bien recibido si no lo hicieran quienes han politizado las tragedias de los últimos años, incluyendo los 43 de Ayotzinapa, que ayudó a acabar anticipadamente el sexenio de Peña Nieto. Chavo del Toro en El Economista.