Queda clarísimo que este es el país de la incongruencia: Le ofrecemos asilo al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, enemigo número 1 de Estados Unidos por haber publicado miles de secretos de estado -no de información pública, sino de secretos de estado-. Pero el tratado de extradición con EE.UU. nos obligaría a entregarlo allá tan pronto pise territorio mexicano, porque está acusado de 17 delitos graves, por lo que las leyes de asilo no se le aplicarían. Para colmo, le ofrecemos respaldo por «su aporte a la democracia, al mostrar cómo funciona el poder global»… el mismo día que ofrecemos desaparecer el INAI porque hizo público que hay al menos cuatro «intelectuales» -algunos con cargos públicos- que recibieron más de un millón de pesos de parte de la presidencia por hacer propaganda disfrazada de análisis político en distintos medios. Para rematar, se anunció que México fue el país más peligroso para ejercer el periodismo en 2020: mataron más periodistas aquí que, incluso, en naciones que están en guerra… Así que la incongruencia, marca de la cuarta transformación, también está presente en el país de la opacidad que ofrece refugio a alguien que hizo públicos los secretos de su principal socio comercial… ilegalmente. Rictus en El Financiero.