
Este fin de semana, el presidente López Obrador hizo dos confesiones -involuntarias- bastante graves… De un lado, dijo que «se había tomado la decisión de inundar ciertos municipios de Tabasco, dónde viven los más pobres, los indígenas, para salvar Villahermosa». Del otro, dijo que no iba a ir a «mojarse los pies para la foto, porque podía enfermarse y tiene que cuidarse»; a fin de cuentas, él ha vivido las inundaciones porque es tabasqueño y ha andado «con el agua hasta el pecho», por lo que no considera importante ir a tener información de primera mano: «yo no soy fifí, tengo que cuidarme», dijo. Y ante esas torpes declaraciones, brincaron dos hechos sensibles: 1.- que la semana pasada había negado errores; ahora reconoce que fue su decisión y que «tuvo costos». 2.- Trascendió que, de haber usado la otra ruta posible, la Refinería de Dos Bocas hubiera quedado inundada, porque está en la desembocadura del río Samaria. Así que la decisión no fue por salvar Villahermosa, sino Dos Bocas. Como sea, sin el FONDEN los apoyos para los tabasqueños no llegarán ni pronto ni fácil. Pero… No se trata de hacer enojar al primer tabasqueño del país, ¿no?. Cartón de Alarcón en El Heraldo -con Pepe El PericoToro en el estelar-.