
Tal parece que es tal la desesperación del gobierno del presidente López Obrador por los magros resultados, que ha decidido quemar una de sus últimas cartas: las acusaciones por traición a la patria, peculado y ejercicio indebido del servicio público contra Luis Videgaray, tienen algo en común: dicen que si bien fue el orquestador de cosas como la «Estafa Maestra» y quien consiguió dinero para las campañas contra AMLO, «seguía órdenes». Solo hay una persona que podía dárselas formalmente… ¿Será que se acabó el pacto de impunidad y veremos a Peña Nieto en la cárcel pronto, o se esperarán más cerca de la elección o hasta después de la consulta popular? Como sea, la imagen que propone Hernández en La Jornada se antoja no sólo como posible, sino como deseable…