Pues nada: que durante una de las giras de Miguel Ángel Osorio Chong, una mujer se arrodilló ante él para pedirle que «ayudara a encontrar a su hija desaparecida». Ni 48 horas después, la muchacha había sido localizada. Tan tan. Sin más ni más. Así que anoten que hay un nuevo santo milagrosísimo que puede acabar desplazando a otras figuras más antiguas, según lo señala en El Financiero Alarcón en su cartón de hoy.