Hubo una protesta frente a la Suprema Corte, porque se tiraron varias leyes mal hechas pero imprescindibles para la cuarta transformación (como la reforma eléctrica). Entonces, era reciente la presidencia de Norma Piña. Y pensando que ella había “cambiado la línea Zaldívar de cooperar con el Ejecutivo” por la confrontación, las organizaciones morenistas “la quemaron en efigie”. Algunos vieron un exceso condenable en ello; para otros, era una exageración de los críticos a la crítica. “Aguanten, es solo un monigote. Nadie quiere hacerle daño en la vida real”. Pero nada más anunció Piña la apertura de una investigación contra su antecesor… Y ahora quieren hacerle juicio político, correrla de la Corte, encarcelarla y, si pueden… quemarla en persona. O eso parece de su rabiosa defensa. Magú en La Jornada.