Pues dizque ya se había reducido el huachicol en PEMEX en casi 90%; pero han aumentado las tomas clandestinas y el robo de combustibles, al grado que la Comisión Reguladora de Energía autorizó que las pérdidas por fugas de combustible se les cobren a los usuarios de las redes de ductos, lo que implicará el pago adicional de cinco centavos por cada litro transportado, solo para reponer las pérdidas. Porque ya se sabe dónde están y cómo operan, pero no se les puede ni detener ni procesar, a pesar de que ya es delito grave el robo de combustibles. Algo parecido en el accidente de la línea 3 del metro: determinó el peritaje que la causa fue “error humano” y el robo de cable. Pero resulta que para robar esa cantidad de cable, se requerían al menos dos pick-ups y unas ocho horas de proceso de desmontaje del mismo. ¿De verdad nadie vio un robo en proceso de esa magnitud? Y si la sección no tuvo cable todo el día, ¿Por qué se accidentó un solo tren? Hay cosas que no nos quedan claras, pero quieren que les creamos. Tal vez por eso su idea de que se requiere “90% de honestidad y 10% de capacidad” no ayuda. Perujo en El Economista.