
Listo: se hizo el balance de la marcha. Perdió López Obrador, porque ya se mostró que la sociedad no está al 100% con él. Su iniciativa será derrotada en las cámaras. Pero peor: ya se sabe que su corcholata favorita perderá la ciudad de México, porque entre que salió a minimizar el hecho, dejó a cargo al Trucutú Batres, se fue a dar una conferencia a Veracruz, decretó contingencia ambiental, abrió las calles antes de tiempo y hasta encendió las fuentes del monumento para dispersar la marcha. Y se la ha pasado replicando los adjetivos descalificativos de su jefe. Así no se puede ganar. Nerilicón en El Economista.