Pues la última ocurrencia… el alcalde morenista de Badiraguato, Sinaloa, propuso crear, como atractivo turístico, un “museo del narco” en su municipio, aprovechando que es la tierra natal de varios de los más importantes capos de la historia delincuencial mexicana, incluido el Chapo Guzmán. Y, aunque puede ser viable y atractivo para ciertos turistas, la verdad es que es un agravio para todas las víctimas de la delincuencia y sus familias. Aquí, Garcí en El Financiero plantea lo que podría ser la “tiendita del museo”. Y aunque diga el presidente que “son gente buena” y que los respeta porque son “el granero del país”, lo cierto es que se ve más mal y refuerza la idea generalizada de que es cómplice del narco. Aunque no lo sea, al menos, es omiso en combatirlo.