No, pues sí. Ayer en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el canciller Ebrard presentó el plan de paz de AMLO para la guerra en Ucrania. Como se esperaba, nadie le hizo caso. Porque dejar las cosas como están favorece al agresor, Rusia. Apelar a cinco años de suspensión de todas las guerras en el mundo sería una meta encomiable, pero carece de vinculación con la realidad. Así no se puede ser tomado en serio. Y menos porque tiene el país «sin guerra civil declarada» con más muertes violentas en el mundo. Ni cómo alegar que lidera con el ejemplo. Garcí en El Financiero.