
Para el INE y el TRIFE, es un delincuente electoral porque se probó que detuvo casi dos millones de pesos «voluntariamente a fuerzas» a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco a fin de donarlo al movimiento político del que era afín y permitir así el nacimiento de Morena en el Estado de México. Para el presidente es una mujer «buena y honesta, porque no robó, sigue viviendo en la misma casa, y lo que hizo fue para apoyar al movimiento y nada más. Y por ello se le prejuzga injustamente». Y para Morena, es su «coordinadora para los comités de la defensa de la 4T», es decir, un cargo inventado que le permitirá hacer proselitismo político ahora sin que sea formalmente pre campaña. ¡Nombre, unos genios! -diría el clásico político reciente. Aiga sido como aiga sido -citando a otro clásico-, Delfina volverá a ser candidata morenista al gobierno del EDOMEX… y posiblemente volverá a perder. Porque es un bastión del PRI, tierra natal del expresidente Peña Nieto, y porque presumiblemente los otros precandidatos de su partido no ayudarán a la campaña. Nerilicón en El Economista