
Pues cruel pero preciso el cartón de Paco Calderón. Los abusos de los sicarios son cada vez más salvajes. Por lo mismo las exculpaciones presidenciales son más escandalosas. Tal parece que nunca estudió a Hobbes y se quedó con versiones simplificadas de los humanistas, y olvida que, para Max Weber, el Estado debe tener el monopolio del uso legítimo de la fuerza. Y, además, usarlo. Si dejan el marco legal como está, ya veremos cómo se complica todo. Click sobre la imagen para agrandar.