
Vaya dilema el de Alito Moreno, presidente del PRI y diputado federal: si demanda por los audios filtrados en que supuestamente él dice que «a los periodistas hay que matarlos de hambre, no a balazos», reconocerá que son ciertos. Si alega que «son inventados», validará que están bien hechos y aparecerán muchos más, tantos que pasará más tiempo defendiéndose que construyendo su anhelada candidatura presidencial. Y si no hace nada, el escándalo podrá seguir creciendo. Como sea, el emperador está desnudo y perderá de todas, todas. Chavo del Toro en El Economista.