Pues si… la declaración presidencial de que «los criminales también son seres humanos» sigue reverberando como una muestra de sus errores conceptuales y empáticos. Con más de cien mil desaparecidos y más muertos que en los sexenios de Calderón o Peña Nieto, presumir que «no se mata» a delincuentes de manera intencional no es para festinarse. Si, hubieron muertos en el pasado, pero jamás se ordenó un genocidio o una persecusión letal de manera intencional: se permitía responder el fuego con el fuego, y aquellos casos de abuso -por ejemplo, la aplicación de tiros de gracia o el fusilamiento de personas detenidas- fueron castigados. Así que lo que propone Alarcón en El Heraldo hoy es posible: que viendo Bambi, Ya-Saben-Quién estuviera más preocupado por el cazador que por la mamá del venadito.