
Los delincuentes ya no tienen que encomendarse a La Santa Muerte o a Martín Valverde… Ya pueden encomendarse a AMLITO. Con eso de que declaró ayer en plena mañanera que su gobierno también protege al crimen organizado «porque son seres humanos», pues ya podrá ser su santo patrono y protector. ¿Por qué llega a esos extremos? Sencillo: porque puede. Su alegato es que no quiere que su gobierno cause muertes. Pues a balazos tal vez no; pero con falta de medicamentos, ausencia de vacunas, el mal manejo del COVID y ante el propio crimen organizado ya lleva más muertos que Calderón y pronto rebasará a Peña Nieto. Se le olvida que el propio Maquiavelo dijo que la moral del hombre de estado no es la misma que la de la persona común. «Sus muertos» por la aplicación de la ley no son suyos, son del Estado. Y nadie pide que aplique la ley fuga o la pena de muerte, pero defender a quien viola la ley y mata a otras personas nos parece un error. Horax en Milenio.