Y si: el «decretazo» que declara temas de seguridad nacional todas las obras de infraestructura del actual gobierno nos regresa a tiempos prehistóricos en materia de transparencia -no se puede pedir información pública sobre ellos-, corrupción -ya no se puede saber quién tiene los contratos y por qué- e incluso a tiempos a mediados del siglo XIX, antes de que México aportara al mundo la figura del amparo. Pero claro, en vez de ir caso por caso y encontrando motivos válidos para las excepciones -que los hay-, soltaron un decreto -ejem, «acuerdo»- que elimina todo de un plumazo. Pero como urge avanzar Tren Maya, Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía -entre otras-, se les quitan todas las trabas, tales como pedir permisos y hacer gestiones ambientales o comunitarias, así como respetar los amparos, las leyes o la Constitución. En fin, veamos si este error es detenido en las cortes o no. Cartón de Paco Calderón. Click sobre la imagen para agrandar.
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