
Ayer no solo se celebró el «Día de la Raza» en conmemoración al descubrimiento de América por Cristóbal Colón… sino también el día que nos recuerda que este país nació dividido; que hasta temas como la religión (que debieron ser de unidad) nos dividían, por ejemplo, durante la independencia: Los realistas se encomendaban a la Virgen de Los Remedios (o a la del Pilar) y los independentistas a la Virgen de Guadalupe -de allí la idea del cartón de Perujo en El Economista-. Y así vivimos desde entonces: olvidando la frase de Lincoln de «una casa dividida no puede prevalecer en pie». Menos ahora que la división se fomenta «desde arriba», con quien más debería procurar la unidad nacional. Ni modo, «aquí nos tocó vivir y así somos», dicen muchos. «No, así nos hicieron» alegarán los otros…