
Pues no hubo sorpresa alguna… Ganó el sí en la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes. Por supuesto que eso se esperaba sin mayor sorpresa -digamos que era una «pelea arregalada»-. El dato realmente importante era la participación ciudadana. Tampoco era sorpresa que no se llegaría al nivel para que fuera vinculante -40% de participación-. Hasta las 7:30 de la mañana, se habían contabilizado el 98.8% de las casillas, y no se alcanzaron siquiera los 7 millones de votos, lo que implica una participación de apenas 7.06% del padrón. Así que esa victoria pírrica sirve para poca cosa: atacar al INE, polarizar a la sociedad y ver que dar apoyos a 25 millones de personas apenas se traduce en 7 millones de electores, un tercio del total. Así no se puede -y viene la revocación del mandato en marzo de 2022-. «Alguien» debe estar muy preocupado. Alarcón en El Heraldo.
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