
Este viernes arrancan los Juegos Olímpicos de Tokio 2020…. en pleno 2021. Y se entiende: la pandemia vino a complicar todo, al grado de que ahora más que el antidoping, el examen COVID es más relevante para descalificar a los atletas. Además, en escenarios sin público, el costo económico de los juegos implicará prácticamente una quiebra para la ciudad: construyen estados, mejoran infraestructura esperando millones de dólares de derrama económica por los turistas… y apenas se reponen. Para darnos una idea, esta semana se anunció que Montreal, sede de los juegos de 1976, terminó de pagar sus deudas olímpicas. Pues mucha suerte a nuestros atletas y, como dice el lema olímpico citado en latín por Perujo en El Economista, que lleguen «más rápido, más alto y más fuerte».