Lo dijo el presidente, sin que nadie se lo preguntara: antes de que acabara su tercer año, «tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca». Lo que no aclaró es que se refería al de Dinamarca de la época vikinga, no de la actual: no hay medicamentos, los que hay no están validados por COFEPRIS o son de dudosa procedencia y calidad. Pero no importa: no se trata de darnos calidad, sino de decir que «le va ganando la batalla a la corrupción», aunque eso implique llevar casi 300,000 muertos de Coronavirus, desabasto de tratamientos como aquellos para el cáncer infantil y hasta de implementos para acuarios… porque sacó a los expertos y metió a los improvisados -o a los sedicentes expertos que han renunciado a actuar como se debe para agradar al presidente-. En fin, que como señala el cartón de Paco Calderón, la gestión de la salud pública se ha vuelto puro teatro en la actual administración. Y, para colmo, ni siquiera de una obra ganadora de premios en una calidad digna de Broadway, sino un improv theatre de sedicentes actores que mendigan monedas en camiones y metro… Y poco más que eso. De plano, mal escrita, mal actuada, mal producida… y con malos resultados. Click sobre la imagen para agrandar.
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