
¡Vaya cosa…! Alejandro Gertz Manero fue rector de la Universidad de las Américas y nunca destacó como académico. Cinco veces intentó entrar al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACYT, y cinco veces fue rechazado por carecer de méritos. Y ahora que es Fiscal General de la República, ¡lo aceptaron en el Nivel III, el más alto, por recomendación de la Directora Elena Álvarez-Buya! Solo que sea por sus «investigaciones» de los casos de Lozoya o Cienfuegos, que validaron la teoría del «gato de Schöeringer»: se puede ser inocente y culpable al mismo tiempo, y se puede estar en la cárcel y fuera simultáneamente. Solo que sea por eso. Horax en Milenio.