Trascendió ayer que, además de los contratos «cancelados», Felipa López Obrador, prima del presidente, tenía vigente otro contrato asignado directamente en PEMEX, ahora por 4.6 millones de pesos, en la Refinería Madero. De hecho, durante el concurso ésta y la segunda opción rebasaban el presupuesto, por lo que se le pidió una pequeña rebaja, misma que concedió. ¿Lo notable? Que según Octavio Romero, director de PEMEX, «se había hecho una intensa búsqueda y no se detectaron más contratos». Así que estos 4.6 millones de pesos, formalmente, no existían… Es eso o Felipa le metió otro gol al agrónomo. Ahora, en estricto sentido, no está mal que tenga contratos si es un proveedor de buena calidad y en precio; pero como su ilustre primo había dicho que «nadie de su familia sería proveedor del gobierno», no la está acabando la legalidad: la mata el populismo. Y no dudamos que aparecerán más: tiene más de una década proveyendo a PEMEX y a CFE (de dónde no se ha sabido nada…. aún). Jabaz en Milenio.