
Ayer tuvieron elecciones extraordinarias en Coahuila e Hidalgo… Y como dice el célebre cuento de Monterroso, “y cuándo despertó, el dinosaurio seguía allí”. Y eso es clarísimo en Coahuila: de 16 diputaciones en juego, el PRI ganó 16, con casi 49% de los votos totales. En Hidalgo falló el programa de resultados electorales preliminares y colapsó su página en Internet, pero en transmisión vía Facebook se supo que 13 de 16 diputaciones y 25 municipios los ganó el PRI (10 más de los que tenían). Pierden la capital y Tizayuca, entre los más importantes. Así que ni Morena tiene todo seguro ni el PRI está muerto. Y si bien hay quien dice que no se puede generalizar porque son estados priístas y participó menos del 40% del padrón. Pues si, pero si ni con todas las becas, apoyos y programas sociales el gobierno del Presidente López Obrador pudo hacer ganar a su partido, ya sabemos lo que puede venir a continuación… Que la Cámara de Diputados tenga mayoría opositora en vez de morenista, por lo que un gobierno con magros resultados quedará aún más maniatado. Jabaz en Milenio.
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