Arrancó la convención del Partido Demócrata, que ungirá a Hillary Clinton como candidata a la presidencia para suceder a Barack Obama y oponerse a Donald Trump. Y como dice Michael Moore, famoso cineasta, no está fácil: los estados de clase media baja que fueron afectados con el TLCAN podrán unirse a quien pide abrogarlo; los hombres «machos» enojados votarán en contra de que una mujer quede al frente del país; los jóvenes Millenials no quieren una representante de la política tradicional. Añadan que los partidarios de Barry Sanders votarán por ella pero no harán trabajo adicional de proselitismo, y tenemos un cocktail muy peligroso. Porque, a final de cuentas, Trump apela a emociones muy básicas… y Hillary no entusiasma lo suficiente. Veremos que pasa. Alarcón en El Financiero.