Desde hace casi un mes, la comunidad de Nueva Jerusalem, Michoacán, no tiene clases. Su obispo Martín de Tous alega que los planes de estudio de la SEP son contrarios a la Biblia y que «preferimos ignorantes que vayan al cielo que sabios que vayan al infierno«. Quemaron la escuela, impidieron la entrada de los maestros, expulsaron a quienes querían mandar a sus hijos a la escuela y esta semana derribaron las aulas provisionales. ¿Hizo algo el gobierno federal, el estatal o el municipal? No: alegaron que hay que dialogar y respetar sus creencias. Son, en la práctica, una zona de excepción, independiente y contraria a la unidad nacional. Un territorio independiente. Triste tema. Perujo en El Economista.