Bastante desaseada la sesión del viernes en el Senado, en que se aprobaron, en menos de diez minutos cada una, 20 iniciativas de cambios a la ley. Empezar casi 12 horas después de lo programado, y en el patio de la vieja casona de Xicoténcatl, ya que el espacio de la mesa directiva estaba tomado por la oposición tanto en la sede actual del senado como en la tradicional. Así que el desaseo —que llevó a habilitar a una senadora suplente, mientras que la propietaria estaba en Suecia en una interparlamentaria; o aquella senadora que no estaba presente en las votaciones, pero si firmó los dictámenes— hacen que el nivel de desaseo sea tal, que como bien lo dibuja Perujo en El Economista, ya no es “escaño” sino que “es caño”. Veremos qué termina diciendo la Suprema Corte cuándo le turnen todas esas modificaciones ilegales metidas al vapor para completar las reformas legales de la Cuarta Transformación. Aunque no sirvan.