
No es lo mismo tener toda la fuerza de contar una verdad parcial que te ayuda, en vez de toda la verdad, incluyendo las partes que no te convienen. Y eso pasó con el reporte de Ayotzinapa: Mientras que se dio a conocer la versión testada, la narrativa era de que habían descubierto una nueva realidad: que el Ejército era cómplice y había participado en el resguardo y asesinato de al menos seis jóvenes y por ello se giraron 21 órdenes de aprehensión en contra de militares. Pero se hizo público el informe sin testar y quedó claro que mucho de lo que se hizo público era falso, manipulado, parcialmente verdad o, de plano, se basaba en un único testigo protegido, un asesino confeso. Así que 18 órdenes de captura fueron retiradas. El fiscal especial del caso está por caer y el tema ha perdido fuerza, como ilustra Alarcón en El Heraldo. ¿Podrán resolver el asunto? Probablemente no, y seguirá persiguiendo al poder.