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¿Qué tuvo que pasar para que, de plena aduana de Manzanillo, se robaran 20 contenedores llenos de oro, plata, platino y equipos electrónicos, sin que nadie se diera cuenta? Pero dice el director de Aduanas que «fue en un recinto particular», así que no es su tema; la Guardia Nacional y la SEDENA dice que nadie les avisó y para el gobierno federal lo bueno es que no hubo personas muertas… Porque los delincuentes, en especial así de talentosos, merecen apoyo y reconocimiento a sus logros. ¿No lo creen? No cualquiera puede lograr algo de esa magnitud. Rictus en El Financiero.