
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer su informe mundial sobre el Coronavirus, a un año del primer contagio. Y si bien en junio felicitó a México, ayer dijo que en nuestro país hay «una mala situación»: dice que hacen falta más pruebas, medidas preventivas y urgió a que «los líderes den ejemplo», digamos, que usen el cubrebocas para que sus poblaciones cumplan con las medidas preventivas. Por supuesto que México rechazó ambas aseveraciones: que vamos «requetebien», a pesar de tener cien mil muertos, porque «los hospitales no se han saturado». Esto en parte porque los enfermos llegan tan graves que mueren pronto, en parte por la falta de medicamentos y personal, y que no se hará obligatorio el uso del cubrebocas porque «prohibido prohibir» y porque se confía en que la población es responsable y sabe qué debe hacer. Les faltó aclarar que porque las estampitas del «¡detente!» son muy eficaces. Eso a pesar de que ayer se encontró un subregistro de casi 280,000 muertes adicionales al promedio del último lustro, que los investigadores atribuyen al COVID. O sea, tenemos tres veces más casos que los oficiales. Lo que sí, se notó la diferencia: cuando nos felicitaron, dieron amplia difusión a la declaración. Ahora que fue regaño… ni la pelaron. Perujo en El Economista.
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