
Hace unos días, se derrumbó una lanzadora de dovelas, que pone las piezas enormes de hormigón dónde se ponen los rieles. Pero el escueto comunicado del gobierno no dio detalles: Ni qué máquina era, ni si hubo daños, ni cuánto tiempo se detendrá la obra, o si hay heridos o muertos. No, nada. Solo decía, palabras más o menos: “La noticia de la caída de una máquina es falsa. No se cayó. Se desplazó al piso”. Por eso, Chavo del Toro en El Economista parodia esa pésima respuesta para decir que es mala la idea de Morena de encarcelar a la candidata opositora Xóchitl Gálvez (como se hizo en Venezuela). O la de demandar Juicio Político a la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte (como se hizo en Nicaragua) . Ello por querer investigar presunta corrupción de su antecesor, quien hoy asesora a la campaña de Morena a la presidencia de la república y pide la elección popular de jueces para evitar corrupción e influyentismo en el Poder Judicial. En fin, que no se está cayendo la democracia mexicana como en esas “dictaduras hermanas” de Venezuela y Nicaragua; acá nada más se desplaza al piso. Pero demasiado rápidamente, al parecer.