
Empezó el periodo ordinario del Poder Legislativo con una sesión de Congreso General (diputados y senadores juntos)… y empezó con un escándalo. El Ejército mandó una escolta para la ceremonia a la bandera. Pero la mandó armada. Y, por ley, no se pueden introducir armas al recinto del Pleno del Congreso. Santiago Creel, presidente de la mesa directiva, les negó el acceso. Y Morena se puso a atacarlo: que si lo hacía por protagonismo, que si es parte de la manipulación de la oposición en contra del presidente, que si acusar de militarización es un exceso. Citlalli Hernández, senadora y secretaria general de Morena, le llamó apátria y que es una verguenza «que eso sea lo mejor que tiene la derecha». Y todo por hacer cumplir la Constitución. Por ello, Chavo del Toro en El Economista le recuerda la última vez que se permitió personal armado en el Congreso: bajo Victoriano Huerta. Así nomás.