
Que ayer en el programa de Martha Debayle, Claudia Sheinbaum comentó que se quiere casar con su actual pareja (y novio de su juventud, de antes de haber sido esposa de Carlos Imaz). El también físico y jubilado, Jesús María Tarriba, podrá ser el primer caballero. Porque ayer mismo, en conferencia de prensa, dijo que sí, que también quiere ser presidenta. Si hizo pública la noticia por estrategia electoral, la regó: no debieron hacer ambos anuncios el mismo día, pues pierden efectividad. Y si lo hizo porque “su pecho no es bodega”, también lo hizo a destiempo: la marcha presidencial (el desfile, pues) del domingo tendrá más cobertura presidencial, y estas dos noticias no le ganarán espacio junto al jefe. Ya-Saben-Quién dijo que “todo lo de la marcha véanlo con Adán Augusto”, quien acabará siendo el número 2 en el evento… y posiblemente la corcholata triunfadora. Le deseamos felicidad eterna a Claudia Sheinbaum, pero sospechamos que al menos uno de los dos deseos no los va a poder cumplir. Solo recordemos que las bodas en Morena traen mal fario. Si no, que lo digan César Yáñez y Santiago Nieto. Nerilicón en El Economista.