En la película clásica de la época de oro del cine mexicano, “Macario”, protagonizada por Ignacio López Tarso, en la que Macario es tan pobre que su único deseo es poder comerse un guajolote él solo. Se le aparecen el Diablo y Dios y no lo comparte con ellos; pero si con la Muerte, quien le da un agua milagrosa y el don de saber quién morirá y quien no. La enorme duda ahora es saber en el cartón de Rictus en El Financiero con quién está negociando Macario… y sabiendo que el pollo ni Pío dijo ante el delito electoral del que fue absuelto, ya queda claro cuál de los tres no es. Queda al lector una de dos opciones.